viernes, 2 de mayo de 2008

Al regresar del otero.

Fábula de Samaniego y Campoamor.

Al regresar del otero
lleno de gozo y cariño
les dio a una niña y a un niño
dos pájaros un cabrero
dándole un beso primero
la niña al suyo soltó
pero al pájaro que quedó
no se le pudo soltar
porque el niño por jugar
el cuello le retorció.

Es una poesía de aquellos tiempos que ha venido ahora a mi memoria.
Cuidemos con cariño a los pajaritos.

7 comentarios:

Eloy Garavís dijo...

Qué bonitas las fábulas de Samaniego, y qué educativas. Una buena muestra del valor de los ilustrados del S. XVIII. Muchas gracias por estos poemas que nos traes aquí. Estamos necesitados de cosas bonitas. Un beso.

Anónimo dijo...

tengo mucho llorado,escuchando esa bella poesia,.... mi padre me la contaba cuando era yo niño, y hoy ,pese a mis 56 años , se me humedecen los ojos al leerla. muchas gracia por ello.... andres hijo de progreso.

A. G. Rivas dijo...

Mucho tiempo he estado intentando recordar esta poesía que me evoca momentos de mi niñez, pero solo recordaba la primera parte, pues con tres añitos me la tuve que aprender para recitarla ante el público en un programa de radio dedicado a los niños en la ciudad de Málaga, y por lo que recibí de premio un precioso juguete de un barco llamado "Tritón". Ahora tengo 59 años.

Abuela dijo...

Ayer mi hijo encontró un vencejo en el río, estaba intentando salir y al acercarse a la orilla asustó a unas ocas. Nos llamó la atención y lo sacamos del agua. Aterido y medio muerto, mi hijo lo secó y lo puso al sol. En un rato, el pajarito logró volar e irse.
Esto me trajo a mi mente el recuerdo de la fábula de los pájaros, de Samaniego, que mi abuelo me contó en mi niñez. Me emocioné y así se la conté a mi nieto.

Anónimo dijo...

Gracias por recordármela... Mi memoria se había quedado en el pájaro que soltó la niña pero no recordaba lo que le pasó al otro... Memoria selectiva, se ve que cuando me la narraba mi padre, siendo bien pequeñita (o sea, hace casi 50 años) no me hacía gracia lo que le pasó al pájaro del niño.

Literator dijo...

Fue el primer escrito en verso que aprendí de memoria. 7 años tenía

Anónimo dijo...

Mi abuelo me la recitaba y recitaba, y en mi memoria quedó. Hoy así se le recitó a mi nieto y espero que el continúe con el suyo